Después de una gestión vienen los balances. Los números, las estadísticas, los gráficos. Lo que hoy se considera lo “duro” de cualquier evaluación. Pero, ¿qué pasa con lo “blando”? ¿Qué hacemos con aquello que no es cuantitativo pero que hoy tiene mucho más valor? ¿Cómo explicamos el legado –tal vez intangible- que deja el trabajo de las autoridades? Alberto Coco Budeisky estuvo 12 años liderando la Federación Panamericana de Hockey. No pasaron cosas buenas y malas. Pasaron cosas que cambiaron el rumbo del hockey en el continente y lo cambiaron también a Coco, para siempre.
Presidir en América es un desafío enorme. La brecha social y económica que existe entre un país y otro es demencial. Incluso en un mismo país se viven dos realidades. Coco es argentino, su vida transcurrió y se mantiene en su amado Quilmes. Una ciudad que tiene dos maneras de estar: bien y en la pobreza. “Sin duda venir de Argentina me ayudó a entender estas diferencias. He ido a países donde las necesidades de los jóvenes atletas eran muy similares a las de mi ciudad, donde nací, viví y supongo que moriré. Una ciudad tercermundista, donde sigue habiendo recursos económicos bajos, como tantos lugares en Latinoamérica”, explicó.
Tal vez con esa base entendió perfecto que haber alcanzado lo más alto en la Federación Panamericana tenía un propósito claro: “Hacer llegar el hockey a lugares en donde no estaba desarrollada la actividad”, porque en definitiva el deporte salva, es una herramienta. Y en el medio, se encontró con éxitos y fracasos, pero con la seguridad de querer siempre intentar instalar el palo y la bocha en cada región. En algunos sitios, la angustia se hizo carne.
“Para las Naciones Unidas, Haití es la nación más pobre del mundo. Hace seis años fui con el Comité Olímpico Internacional allí. A raíz de un huracán y terremoto, las instalaciones del Centro Deportivo que tenían, fueron destruidas. Cuando pasó esta desgracia, el Comité decidió invertir para hacer un Parque Olímpico, con muchos espacios para distintas actividades. Nosotros mandamos equipamiento, recursos y un entrenador canadiense que pudiese guiar al equipo. Yo fui a la presentación. He visto con mis propios ojos, jóvenes, profesores de educación fìsica ,viajar cuatro, cinco y hasta seis horas en un ómnibus precario para estar ahí. Hablar con ellos, que me contaran sus experiencias y que me mostraran las fotos de los palos de hockey que armaban ahí con lo que tenían, porque no había nada ...(hace silencio y respira). Lloré. Hay tanta gente que desperdicia lo que tienen y ellos necesitaban. Después no se pudo mantener porque los directivos que pusieron en hockey no fueron idóneos. No tenían intenciones de desarrollarlo ". contó el dirigente.
Sin embargo hay un caso que refleja todo ese esfuerzo: Guatemala. Durante su mandato este país pasó de tener 40 jugadores a contar con una Liga de ocho equipos, de damas y caballeros y hasta inferiores. Además, pronto inaugurará un predio con dos canchas (una de agua y otra de arena) a partir de un acuerdo que se realizó con una Universidad y con terrenos que cedió el Gobierno. Por estos resultados, es que valió la pena.
Y es que Coco tiene la grandeza de poder hacer una autocrítica honesta. Sabe y reconoce que no alcanzó el tiempo para todo. "Me hubiese gustado lograr que todas las Federaciones tengan una estructura de al menos dos o tres personas y que no sean unipersonal". Y otra vez aparece el objetivo que atravesó su cabeza y su alma todos estos 12 años: plantar el hockey donde no estaba y eso tenía un plan que desde ya debía ser manejado por gente con capacidades.
La semilla está instalada. Budeisky entiende que hoy debe dar un paso al costado más allá de los pedidos y consejos que le dieron por su gestión y resultados: “Creo que es necesario dar lugar a lo nuevo. Se necesita gente que sea open mind de verdad. Había gente que no aceptaba, por ejemplo los torneo LGTBQ + o los Juegos ID, para jugadores con discapacidades diferentes. Tenemos la obligación moral de colaborar con la sociedad” .
Cuando fue consultado sobre cómo puede definir esta docena de temporadas con la responsabilidad de hacer crecer el hockey en América, Coco Budeisky dijo: “Mi paso por acá fue un encanto de experiencia, para mi será siempre un hijo más, hemos trabajado mucho pero queda por hacer. Fue una parte importantísima de mi vida”.
Hoy, los que pensaron en 1992 que las idea innovadora y algo loca de aquel joven que proponía en la mesa chica del club de toda la vida, que los partidos debían jugarse con árbitros imparciales, seguro entendieron que ahí mismo nacía EL DIRIGENTE al que todo el tiempo, por su cabeza y su alma, le pasa HOCKEY.

